Este libro muestra que los principales actores en las relaciones entre El Salvador y Estados Unidos fueron estos grupos antiimperialistas. Ellos forzaron a los gobiernos de Manuel Enrique Araujo y Carlos y Jorge Meléndez a adoptar políticas hacia el poder del norte que hubieran sido inconcebibles sin la presión desde abajo. El activismo de las clases populares salvadoreñas fue elemento clave para impedir que el país fuera declarado protectorado estadounidense y que se instara una base naval en el Golfo de Fonseca.